He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado. Daniel 3:17, 18.

Los relatos históricos del libro de Daniel tienen su correlato en las descripciones proféticas del Apocalipsis. El episodio al que pertenece nuestro texto de reflexión para hoy encuentra su parangón espiritual en los grandes desafíos escatológicos que plantean los capítulos 12 al 18 de Apocalipsis, especialmente el capítulo 13. En ambos casos, los hijos de Dios se enfrentan a la disyuntiva de “agachar la cabeza” frente a los poderes terrenales inducidos por Satanás, ya sea por conveniencia o por coerción, o ser fieles a Dios como la autoridad suprema que gobierna su vida.

¡Qué confianza en el poder de Dios manifestaron los tres jóvenes hebreos! ¡Qué incondicional apego a los principios, a su fidelidad a Dios! No eran creyentes por conveniencia, por interés o por miedo. No eran fieles a Dios solo si las cosas iban bien en su vida, y obtenían algún beneficio terrenal por su vinculación con Dios. Confiaban en que Dios los podría librar del castigo impuesto por el rey; pero, si no lo hacía, estaban dispuestos a morir. Para ellos, el cumplimiento del deber era más importante que el placer, la conveniencia, o aun que la vida misma.

Hoy, y sobre todo al final de la historia, a cada paso te ves enfrentado con el dilema: ¿A quién vas a adorar? ¿A quién vas a rendir tu lealtad, tu obediencia, tu voluntad? ¿Al rey de la Babilonia espiritual, Satanás, que tratará de seducirte mediante el bienestar o de compeler tu conciencia mediante el rechazo social, y aun la pérdida económica y hasta quizá la muerte? ¿O adorarás solamente al Dios verdadero, el único que realmente merece tu adoración, confianza y lealtad? Porque, dependiendo de la elección que hagas, así serás como persona: o alguien servil, llevado de aquí para allá por los vientos de las circunstancias, manipulado por el capricho de otros, o un ser tan noble, firme y heroico como estos jóvenes hebreos. Hoy tienes que tomar una decisión.

 

Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2015
“El Tesoro Escondido”
Por: Pablo Claverie






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