Promesas para los vencedores

Con los capítulos 2 y 3 de Apocalipsis, los mensajes de Cristo a las siete iglesias, nos introducimos en la primera de varias series proféticas que contiene este libro. Por ser un libro profético y simbólico, no podemos ser dogmáticos con respecto a su significado, pero varios intérpretes han visto en los mensajes a las siete iglesias de los capítulos 2 y 3 un bosquejo de la historia del cristianismo, desde la época de los apóstoles hasta nuestros días.

Lo que sí resulta claro es el esquema repetitivo en cada mensaje:

1) Cristo se presenta de determinada forma distinta a cada una de las iglesias, de acuerdo con sus características y necesidades.

2) Hay un reconocimiento de las características de la iglesia, ya sea sus virtudes o sus defectos.

3) Se presenta una amonestación, reproche o advertencia, en la mayoría de los casos.

4) Se concluye con una promesa relacionada con la vida eterna, para los vencedores en el conflicto con las fuerzas del mal.

Algunos cristianos creen que la salvación es incondicional y que no se requiere ningún esfuerzo especial para vivir la vida cristiana, que “una vez salvo, salvo para siempre”. Pero nada sucede automáticamente en la vida cristiana. El Apocalipsis revela que estamos en medio de una guerra espiritual cósmica, y hay que vencer el mal por la sangre y el poder de Cristo. No se puede ser indolente, apático o indiferente. Estamos en medio de un confli9cto espiritual y no debemos dejarnos vencer.

Por eso Jesús hoy nos dice con ternura que está a la puerta de nuestro corazón, deseoso de entrar, y que si le abrimos cenara con nosotros y se instalara en nuestra vida para hacernos vencedores. ¿Quieres ser la uno de ellos?

Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2015
“El Tesoro Escondido”
Por: Pablo Claverie