Sem
Esta es la historia de Sem, Cam y Jafet, hijos de Noé, quienes después del diluvio tuvieron sus propios hijos. Génesis 10:1.
Más allá de la discusión de cuál de tos tres hijos de Noé era el mayor, lo cierto es que Sem ocupa un lugar especial. No tanto por su nacimiento, sino por su descendencia: de los semitas nació Cristo, nuestro Salvador.
Ni tú ni yo conocemos nuestro futuro. Pero Dios lo conoce, y en su inmenso amor ya tiene preparado un mañana brillante para quienes estemos dispuestos a andar por sus caminos. Puede ser que ese mañana se quiera esconder detrás de algunas nubes. Pero, recuerda que todas las nubes, hasta las del diluvio, fueron, son y serán pasajeras.
Tu presente te puede parecer gris, sin gracia. Te miras en el espejo y, más allá de que gustes mucho, poco o nada de lo que ves, tú, al igual que yo, nos quedamos con una expresión de “¿y ahora, qué? Y la situación empeora cuando la tormenta golpea la ventana de tu vida.
Con la historia de Sem podemos cambiar la perspectiva. No es tan importante la pregunta “¿y ahora, qué?”, sino llevar nuestra mirada más allá (en el tiempo y en el espacio) y pensar: “¿y mañana, qué?”
Si piensas en el futuro apenas como años terrestres, quizá no consigas ver un mañana glorioso y magnífico; pero recuerda que el tiempo de Dios es la eternidad y su espacio es el universo. No te conformes con menos.
El mañana de Dios se prolonga por la eternidad; por eso la perspectiva de Dios es tan diferente de la nuestra. A fin de ejemplificar esa distancia, la Biblia dice: “Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos” (Isa. 55:9).
Lamentablemente, estamos tan preocupados discutiendo si somos los primeros o los segundos que nos olvidamos de lo que realmente importa; perdemos la perspectiva divina para nuestras vidas con demasiada rapidez.
Ora hoy para que, aunque no consigas ver un presente de mucho brillo, Dios te dé la seguridad absoluta y total de un mañana lleno de luz en las mansiones celestiales.
Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2014
“365 Vidas”
Por: Milton Betancor
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