Reflexiones para tí.

Los soldados

Los soldados le replicaron: “¡Cómo va a morir Jonatán, siendo que le ha dado esta gran victoria a Israel! ¡Jamás! Tan cierto como que el Señor vive, que ni un pelo de su cabeza caerá al suelo, pues con la ayuda de Dios hizo esta proeza. Así libraron a Jonatán de la muerte. 1 Samuel 14:45.

No me meto, porque no es asunto mío”. “Él es el jefe, no le voy a decir nada”. “Que arreglen el problema entre ellos”. No son solo frases; son definiciones personales de gente que se omite, de gente que, por miedo o por cualquier otro motivo, no defiende lo que sabe que debe defender.

Saúl había realizado una promesa bastante temeraria, en la que incluyó a todo su ejército. Jonatán no la cumple, porque no sabe nada sobre el asunto. Cuando se entera, es demasiado tarde. En otra actitud extrema, sin necesidad alguna, Saúl jura la muerte de su hijo si fuera necesaria… En ese momento, los soldados toman posición a favor de lo que creían correcto; salvan la vida al hijo del rey.

Es más fácil sentarse en la tribuna de la vida, y quedar observando el partido de la existencia como si no tuviéramos nada que ver con eso. El problema es que la vida no nos pasa por el costado: nuestra obligación es vivirla de la mejor manera posible, comprometiéndonos con la verdad, con lo justo, con lo eterno, en todas las circunstancias. Defender lo correcto no es opcional; es un deber que como hijos de Dios tenemos. Aunque en eso se nos vaya la vida.

La posición de Saúl era de autoridad; los soldados eran sus súbditos. En principio, no tenían ninguna oportunidad de torcer la orden dada. Pero los solda¬dos hacen algo. Todas las grandes revoluciones, las buenas y las malas, nacen en un corazón que consigue influir en el resto. Si es para el bien, ¡qué bueno sería si el tuyo fuera el primero que se moviera!

Nuestra responsabilidad es como la de los soldados: defender la verdad ante todos y frente a todo. En ningún lugar dice que es fácil; únicamente dice que hay que hacerlo. Ellos se opusieron a una orden directa del rey, porque sabían que era injusta e incorrecta. Recuerda, defender lo correcto y justo le puede salvar la vida a Jonatán, a Juan, a Luisa, a tu amigo, a tu hermano…

Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2014
“365 Vidas”
Por: Milton Betancor






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