LA MEJOR PÓLIZA DE SEGUROS
“¡Su fidelidad te protegerá como un escudo!” (Salmo 91:4).
James Stewart es considerado el actor estadounidense más querido del siglo XX. Tal vez la razón radique no tanto en que haya sido un buen actor, sino en su participación durante la Segunda Guerra Mundial. Stewart se alistó en la fuerza área y llevó a cabo veinte misiones, que justificaron su ascenso de soldado a coronel, y finalmente a general de brigada. En marzo de 1941, cuando hacía los preparativos para irse a la guerra, su padre le entregó una carta que decía lo siguiente: “Mi querido Jim: Poco después de que leas esta carta estarás en camino a tu más grande peligro. Por eso te he adjuntado una copia del Salmo 91. Este salmo ocupará el lugar del temor y la preocupación”. Amparado en las promesas del Salmo 91, Stewart se sintió seguro durante la guerra y regresó sano y salvo a casa.
¿Sabías que tú y yo también formamos parte de una guerra? Esta guerra que nos afecta es la madre de todos los conflictos bélicos. Estamos involucrados en una lucha que ha provocado todas las muertes de la historia, todas las enfermedades, todos los desastres naturales… Nuestro mundo es el campo de batalla donde se enfrentan dos grandes poderes. Sin querer o queriendo, todos formamos parte de una guerra cuyas repercusiones rebasan las más lejanas fronteras del planeta y alcanzan al mismo cielo. Me refiero al gran conflicto entre el bien y el mal.
Por tanto, como hizo James Stewart, si queremos salir bien librados de esa batalla cósmica, hemos de refugiarnos en las promesas de protección que Dios nos ha hecho en el Salmo 91. Allí, el Salmista menciona una serie de peligros que nos acechan en todo momento: trampas ocultas, plagas mortales, peligros nocturnos, flechas lanzadas de día, plagas que destruyen en la oscuridad y a pleno sol. La verdad es que el enemigo está bien armado. ¿Estamos listos para esos ataques?
A causa de todos los peligros que menciona el Salmo 91, me parece que tú y yo necesitamos una póliza de seguro que nos proteja de todas esas cosas. Lo mejor de todo es que esa póliza es gratuita. Si lo deseas, Dios “mandará que sus ángeles te cuiden por dondequiera que vayas” (Salmo 91:11). Y, como Stewart, llegaremos bien a nuestra casa, esa casa que está en el cielo.
Tomado de: Lecturas Devocionales para Jóvenes 2016
“Visita mi Muro, 366 Mensajes que Inspiran”
Por: J. Vladimir Polanco
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